Entre 1995 y 1996, la Real Fundación de Toledo, en colaboración con el Instituto del Patrimonio Histórico Español (I.P.H.E.) del Ministerio de Educación y Cultura, restauró la obra San Miguel Arcángel de Luis Tristán, conservada en el convento de Santa Isabel de Toledo.
La pintura, de marcada impronta barroca, destaca por su dinamismo, el uso expresivo del color y la carga simbólica de las figuras. El Arcángel aparece con una armadura brillante y un manto rojo de amplio vuelo, en un estilo característico de Tristán, definido por un antinaturalismo llevado al extremo. El contraste en las carnaciones —la piel blanca del Arcángel y del alma salvada frente a la tez oscura del demonio y del alma condenada— responde a códigos visuales del siglo XVII, vinculados al imaginario del “Turco”, enemigo simbólico de la Cristiandad.