Este estudio parte de la investigación sobre el Toledo visigodo que la Real Fundación de Toledo realizó desde inicios de los años 90, con la colaboración de la Diputación Provincial de Toledo, y que parte del inventario de todos los restos escultóricos de tipo decorativo hallados en la ciudad.
El Inventario de elementos arquitectónicos decorativos de época visigoda de Toledo, fue realizado gracias a muchas personas especialmente dos becarias Lourdes de Miguel en su inicio y posterioremente Carmen Jiménez con la desinteresada dirección científica de Jesús Carrobles.
Al cabo de los años el trabajo realizado culminó con algo más que un inventario y algo menos que un catálogo, de un número inesperado de piezas, más de 400. Se incluyen piezas del Museo de Santa Cruz y el Museo de los Concilios de Toledo, Museo Arqueológico Nacional e Instituto Valencia de Don Juan en Madrid; las piezas integradas en determinados edificios de la ciudad, tanto en fachadas como en interiores; las aparecidas en excavaciones arqueológicas, muy importantes por los datos que aportan sobre su contexto de aparición; las piezas conservadas en colecciones particulares y, por último, las que se encuentran desaparecidas y aparecen documentadas en alguna publicación.
Ante la gran riqueza del material se decidió que su importancia exigía algo más que un simple catálogo y se precisaba un estudio de mayor alcance científico, que fue realizado por los especialistas en el mundo visigodo, Jorge Morín y Rafael Barroso, con la dirección de Jesús Carrobles, estudio que culminó en la publicación Regia sedes toletana en 2007, gracias al patrocinio de la Diputación de Toledo.