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Senda peatonal de Sabatini

Áreas de actividad

La paralización de las excavaciones de Vega Baja en el año 2006 dejó paso a un gran vacío que ha supuesto un alejamiento de los barrios de Santa Teresa y Poblado Obrero con el campus de la Fábrica de Armas, la ribera del Tajo y el barrio de San Pedro el Verde. Un efecto frontera que aumentó con los vallados que, pretendiendo proteger el yacimiento arqueológico, han contribuido a reforzar un sentimiento negativo del ciudadano hacia los valores patrimoniales de la zona.

 

El proyecto realizado por el Ayuntamiento, con la colaboración de la Escuela de Arquitectura, la Fundación y la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo, toma como punto de partida el carácter de las sendas que recorrían y organizaban este lugar, una red de caminos arbolados que comunicaban la ciudad histórica con las huertas y el río Tajo.

 

Partiendo de esta premisa se ha abierto una senda peatonal para facilitar la unión entre la ciudad y la ribera del río, así como la movilidad de los residentes y usuarios de Vega Baja, asegurando la conservación de los restos arqueológicos.

 

La senda se eleva sobre el terrero utilizando precisamente las tierras que se habían retirado en la excavación arqueológica, amontonadas en terreras en la superficie, y está recorrida longitudinalmente por una plantación de moreras, un árbol tradicional en las vegas del Tajo, ornamental y ligado a la producción de seda, que por su tipo de crecimiento y por la forma de su plantación, es compatible con la conservación del yacimiento. Aporta vegetación y sombra y recrea la imagen que tenía esta zona hace no muchos años.

 

Es un pequeño proyecto, una intervención mínima, al servicio de los ciudadanos, que para la Fundación tiene un gran significado porque abre la puerta de la Vega Baja a otra forma de hacer urbanismo, a otra forma de hacer ciudad, atendiendo al interés común de los ciudadanos y protegiendo sus valores patrimoniales.