La Casa de Corcho formó parte del proyecto de construcción de un paseo fuera de la ciudad, en la explanada de Merchán, promovido por el alcalde Gaspar Díaz de Labandero, que se sumara a otros dentro de la ciudad, como el de San Cristóbal, el Tránsito o el Carmen. Se acondicionó la zona, y en 1868 se realizó la plantación de árboles y setos, quedando concluido en 1871. Poco después se construyó una casa rústica trazada por el entonces arquitecto municipal Ramiro Amador de los Ríos, denominada popularmente “Casa de Corcho”, un conjunto arquitectónico de aspecto original, muy del gusto del final del movimiento romántico del último tercio del siglo XIX. Presenta una estructura rectangular, de la que conserva la decoración de la planta superior, donde aún es fácil descubrir el singular juego de sillería o ajedrezado realizado con el corcho, que proporciona a la casa una notable belleza.

La restauración de la Casa de Corcho tenía a su vez como objetivo potenciar la recuperación de un entorno profundamente simbólico y querido por los toledanos, así como permitir a alumnos de la Escuela Taller la formación en oficios vinculados a la tradición constructiva y facilitar su inserción laboral.

El proyecto fue patrocinado por la Fundación Barclays a través de un convenio con el Ayuntamiento de Toledo y la Real Fundación.

Proyecto y ejecución de la Escuela Taller de Restauración Municipal; patrocinio de la Fundación Barclays.