El objetivo de este pequeño ciclo fue la difusión de una idea que consideramos muy importante, que el paisaje histórico urbano es parte esencial de nuestro patrimonio cultural común, forjado generación tras generación, que trasciende la noción de conjunto o centro histórico para abarcar el contexto urbano general y su entorno geográfico. Las políticas de gestión y ordenación del paisaje deben hacer de la ciudad el espacio óptimo de convivencia que desean sus habitantes y al que deben aspirar sus gobernantes.
Consideramos que la conservación del paisaje cultural es el reto más acuciante de cuantos tienen hoy planteados las ciudades históricas y en particular Toledo. Por ello la Fundación viene trabajando desde hace años en este ámbito, preocupada por la degradación sufrida en su entorno urbano y la que se deriva de la planificación urbanística prevista. Su atención a la Vega Baja y el reciente estudio Los paisajes culturales de Toledo: Los cigarrales así lo demuestran.
El ciclo se desarrolló en dos conferencias. La primera estuvo a cargo de la magistrada del Tribunal Supremo Pilar Teso y llevó por título La ley y la defensa del paisaje. La ponencia se inició con una serie de reflexiones generales sobre el concepto de paisaje y sobre marcos como el Convenio de Florencia, que se elaboró en 2000 y que España ratificó en 2007, aplicándolo a partir de 2008. Habló también sobre las agresiones más habituales a las que se enfrenta el paisaje, especialmente el urbanismo depredador, citó el marco constitucional y ofreció un recorrido por la jurisprudencia a propósito de esta materia.
La segunda conferencia, Patrimonio y paisaje, fue pronunciada por Josefina Gómez Mendoza, catedrática de geografía humana y académica de la Real Academia de la Historia; coautora entre otras de la obra Atlas de los paisajes de España, Identificación y caracterización, publicado como desarrollo de uno de los fines fijados por el Convenio Europeo del Paisaje. Con la autoridad que le confiere su doble condición de geógrafa y paisajista militante realizó una aproximación a los conceptos de paisaje y patrimonio, indisolubles en ciudades históricas como Toledo, concluyendo que el paisaje debe de ser siempre interpretado como bien patrimonial.